domingo, 16 de octubre de 2011

Lucha libre

Post que escribí el sábado y que subo hoy por falta de conexión a Internet en casa (sí, ¡hasta el jueves, nada!)
¡Hola a todos!
Expresiones como “Chinga tu madre”, “Pinche grosero” o “Pendejo rasposo” son muy habituales cuando uno acude a la luche libre en México.  La lucha libre es una especie de “Pressing Catch” que, en la tele, parece bastante cutre pero que en la realidad, y con el ambientazo que había en el estadio, no pinta tan mal.
El viernes tarde decidí ir con María, Ana, Pamela y Nuria al Arena México a ver estas peculiares luchas. Tras estar dos horas en el coche de Pamela (el tráfico en DF daría para una tesis doctoral en teleco sobre colas), llegamos al Arena México donde un “vieneviene”  (gorrilla para los españoles) nos buscó un sitio muy majo al lado del pabellón.
Lucha libre en el Arena México

Una cosa que creo que echaré de menos de este país es pedir una cerveza y que te preparen 600 cl. de Coronita (Corona aquí) con limón y sal y pagar 2,40 EUR. Con cerveza en mano, nos fuimos al espectáculo. Bastante fácil; dos bandas (técnicos y rudos) de tres luchadores, al mejor de tres asaltos que se ganan tras el típico tercer golpe del árbitro contra el ring.
Si bien es cierto que las patadas son totalmente de coña (vamos, que no se dan), algún que otro daño sí que se hacen. Mucho ambiente y muchos gritos a favor de unos y de otros, hacen que te metas en la historia poco a poco y que te eches unas risas con las expresiones que se escuchan. No es que esté ni mucho menos a favor de la violencia pero es una cosa típica de aquí que recomiendo, al menos, una vez en la vida.
Por otro lado, algo que me llamó la atención es que en conmemoración a la muerte de un luchador, en vez de guardar un minuto de silencio, la gente aplaudía (pero de verdad).

Un servidor con la típica careta de luchador


Tras la lucha nos reunimos con Serguei y su roomie (palabrejo muy típico en México, me parecen horrible los anglicismos así porque sí) Fernando a tomar unas copas a Condesa, el barrio por excelencia de la noche en DF, al parecer.
La cosa acabó con un caballito de tequila (para variar, al día siguiente me acuerdo de la madre de quien lo pidió), la gente exaltadísima con la siguiente canción (http://www.youtube.com/watch?v=B4Hdj_Q681g) y vuelta en el coche de Pamela a casa. Unos minutos antes de llegar a casa, en una avenida cercana había un control de policía. Todos vivimos atónitos el esquivo de Pamela a dicho control girando hacia otra calle a apenas cinco metros de la patrulla policial.
¡Hasta mañana!

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