¡Hola a todos!
Ayer estuvimos en Coyoacán, una de las 16 delegaciones que forman DF. Está al Sur, a tomar viento de casa. Opción de ir en taxi…o en metro! Juan, Julio (un amigo suyo que se viene a currar a México), Ana y yo decidimos “jugar” y tomar (que no coger) el temido metro de Ciudad de México. Precio: 3 pesos (0,18 EUR). Problemática según la gente: mucha inseguridad, mucho robo de carterista, mucha gente y mucho agobio.
Desde nuestra parada, Polanco, y hasta Coyoacán, según el plano de metro que os pongo es lógico ir hasta Mixcoan, hacer trasbordo allí y coger la línea 12.
Plano de Metro |
Pues ahí íbamos los cuatro dispuestos a hacer el trayecto.
Llegados a Mixcoan, sin noticias del trasbordo. Primera reacción: vamos hacia la salida y seguro que ahí está el trasbordo. Craso error (como viene siendo ya habitual).
Segunda reacción: vamos a preguntar a alguien.
Un servidor: “Disculpe, ¿Dónde está el trasbordo hacia la línea 12?”
Una amable señora: “No, Señor, aquí no hay trasbordo.” Miro con cara de contrariado a Ana y le digo: “Esta tía no se entera.”
Segundo intento:
Un servidor: “Disculpe, ¿Dónde está el trasbordo hacia la línea 12?”
Un “apuesto” caballero: “No, Señor, aquí no hay trasbordo.” (Mi cara, era similar a la de Bob Esponja)
Un servidor: “Pero… ¡si el plano dice que hay trasbordo!”
El “apuesto” caballero: “Ah pues no, tiene que hacer el trasbordo en Tacubaya.”
No tranquilo, volví a preguntar una tercera vez. Vuelta a mi cara de Bob y a escuchar la misma respuesta. Conclusión: en DF no hay que hacer caso al plano de metro.
Con respecto a este, está bastante limpio, hay bastantes Domino´s Pizza en los intercambios (ya hablaré un día de las comidas y mi teoría de que México no es un país para hacer un régimen), y, no sé si es porque era domingo o qué pero, nada de inseguridad y nada de bullicio. Como dato curioso, cada parada tiene asociada una imagen representativa de la zona. En Mixcoan, el dibujo era una serpiente; menos mal que no nos bajamos allí. :S
Estación de Polanco |
Al llegar a Coyoacán, acudimos al mercado de Plaza Allende donde, según la guía Lonely había un puesto de tostadas mexicanas. Aunque esté sitio estaba hasta la bandera y no pudimos comer en él, terminamos en un pequeño puestecito donde comimos quesadillas de nopales (cactus para los mortales) y queso y tinga (carne parecida a la ternera) y queso. El precio, con bebida incluida, 2,80 EUR aprox.
Quesadilla de nopales y queso |
Una vez con el estomago lleno decidimos ir a la casa de Frida Khalo, que residía en este barrio tranquilo y residencial de la capital.
Ya con el museo cerrado, volvimos a dar una vuelta al mercado. Me recordaba bastante a la plaza de abastos de Sanlúcar, sólo que con los pasillos más estrechos y con multitud de tiendas de disfraces para Halloween y de decoración para el famoso Día de los Muertos.
Jardín Casa Frida Khalo |
¡Mañana más y mejor (segundo capítulo de las cosas surrealistas que ve mi móvil)!
el símbolo de las paradas de metro es para los analfabetos, para que sepan en qué parada están en cada momento sin necesidad de leer el nombre!
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