martes, 27 de marzo de 2012

Viajes (IX): Oaxaca

Fechas del viaje: 16-19 de Marzo de 2012
Compañeros de viaje: Ana, Santi, Juan, Serguei, Loreta, Marina, Iratxe y Gontzal

Hola a todos!

El post de hoy va dedicado al viaje de Oaxaca, tierra de zapotecas, aprovechando que el lunes 19 era festivo por el Natalicio de Benito Juárez.

Era la segunda vez que estaba en el estado de Oaxaca; la primera de ellas, en las Bahías de Huatulco allá por Noviembre. Esta vez tocó turismo de interior y la propia capital del Estado, ciudad que me sorprendió gratamente por su ambiente en las calles y su enorme colorido.

El viernes llegamos a Oaxaca y fuimos directos a un pequeño y cuco hostal, con un patio que recordaba a los patios andaluces, donde nos quedábamos las tres noches. Tras un pequeño descanso, nos fuimos a disfrutar de la tradicional comida oaxaqueña: tlayudas, botana y mole; es una de las comidas más típicas y originales del país, con mucho sabor y colorido (por poner un ejemplo, hay hasta siete moles diferentes en cuanto a color/sabor).

Tras la rica cena, fuimos decididos a probar el mezcal, bebida originaria también del Estado. La realidad es que acabamos en un bar un poco "extraño" por el ambiente/música/decorado.

El sábado nos levantamos temprano para ir a Monte Albán, ruinas arqueológicas de origen zapoteca cerca de la capital, patrimonio de la humanidad. Sorprende la extensa explanada/extensión de la antigua ciudad y a diferencia de Palenque, donde la frondosidad de la selva convive con las ruinas, predomina una panorámica más desértica pese a los 1.500 m de altitud.

Con Serguei en Monte Albán

Con Serguei y Santi

Sincronizados
Tras un paseo por las ruinas, fuimos a Zimatlan, pueblo conocido por la fabricación de Alebrijes. Los alebrijes, son muñecos artesanales que tradicionalmente se compran a los niños desde pequeños en forma de animales (reales o imaginarios). Una de las formas de elegir el animal es, tras el nacimiento del pequeño, poner comida en la puerta de la casa en un recipiente, siendo el animal elegido aquel que coma de esa comida. En el caso de que sean varios animales, el alebrije se convierte en un animal imaginario compuesto por estos animales. Os dejo una foto del alebrije que me llevé, un armadillo muy colorido como podéis ver.


Armadillo-Alebrije

El sábado terminamos la excursión comiendo en una hacienda ambientado por mariachis y en Culiacán de Guerrero donde se observaba un convento de origen mixto cristiano/indígena.

Para el domingo reservamos el mercado de Tlacolula (México profundo), Árbol del Tule (y su Cristo Caído), Teotitlan del Valle y su fábrica de tintes para telas y Hierve el Agua y Mitla.

Arbol del Tule con la joven "guía"

Teotitlan del Valle

Fábrica de tintes para telas


Mención especial para Hierve el Agua, un sistema de cascadas petrificadas, formadas por carbonato de calcio. Las cascadas, a 30 metros de altura, son de origen natural y se formaron hace miles de años, por el escurrimiento de agua con alto contenido de minerales. Pese a la lluvia, pudimos sacar alguna que otra foto del paisaje (impresionante, por cierto).


Hierve el Agua

Impresionantes vistas

Piscinas de Hierve el Agua

Mitla
El lunes aprovechamos para ver la ciudad de Oaxaca, su catedral, el convento de Santo Domingo, su mercado y disfrutar con el "atrapa novios" que compró Ana.


Oaxaca de Juárez

Convento de Santo Domingo

Por último, terminamos nuestro viaje comiendo en un restaurante "slow food"; imaginaros la rapidez al traer la comida (muy rica, eso sí xD).

Mañana más!

P.D: probamos los tradicionales Chapulines (o saltamontes). Sin más.

Puesto de Chapulines



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