viernes, 30 de septiembre de 2011

Sensaciones cuatro días antes de partir

¡Hola a todos!

Hoy el post llega por la tarde, y es que parece que no, pero en cuatro días me voy a la otra punta del mundo (según Google, son 9345 km), y hay bastantes cosas que preparar, vacunas aparte.

Esta mañana, preparando una de esas cosas, una señora que conozco desde que tengo uso de razón me preguntaba que cómo me sentía. Me ha hecho gracia, porque creo que es la primera persona (salvando a familiares y amigos) que le digo que me voy a México y se preocupa por cómo estoy antes de ponerse las manos en la cabeza.

Así que, he sido bastante sincero: y es que pese a que todos sabemos que en estos tiempos no es el país más seguro del mundo y que conviene ser prudente y atento con lo que sucede a tu alrededor, yo, me considero con suerte. Y me fío de las opiniones de la gente que se encuentra allí, o ha estado este año en mi lugar. Y qué casualidad, que todo el mundo acaba con la misma frase: "México es un país impresionante y te va a encantar". ¿Por qué no va a ser así? Siempre he tenido la teoría de que si deseas que una cosa se cumpla, debes pensar que se va a cumplir.

Y he acabado diciendole a la señora  que sí, que estoy nerviosete, pero por empezar una experiencia nueva, en un país nuevo y con compañeros nuevos, y que espero que sea inolvidable. La señora en cuestión ha terminado diciendo: "Así será". Y así, con esperanza (guiño a los absurdos), deseo que sea.

Palacio de Bellas Artes, en el DF

jueves, 29 de septiembre de 2011

Historia de cómo vacunarse en la provincia de Cádiz

¡Hola a todos!

Aunque hoy prometí hablar de las despedidas, voy a dejar ese capítulo apartado para días posteriores. La razón es que he encontrado un tema mejor del que hablar y que da bastante juego, en mi estómago al menos, durante el día de hoy.

Y es que cuando a uno le dicen que se va a ir a México, lo que menos piensa es que se tiene que poner tropecientas vacunas; bueno, concreto, son recomendables tropecientas vacunas. De verdad que llegué a pensar que me iba directo a África cuando estuve en Sanidad Exterior. De hecho mi pregunta fue:
  • “¿Es que me voy al Congo?”.
A lo que la doctora que me atendía contestó tajantemente: 
  • “Peor aun”.
Lo gracioso del asunto no son las tropecientas vacunas (cólera, tétanos/difteria, hepatitis A, fiebre tifoidea, paludismo) que me he puesto/he de poner bajo recomendación del Ministerio;  si no lo que hay que hacer en la provincia de Cádiz para que te pongan/receten una jodida vacuna: algo así como escribirle una carta al Rey.
Mientras que en otras provincias pides cita en Sanidad Exterior, vas y te vacunan directamente, aquí hay que también pedir cita en Sanidad Exterior para:
  1. Contarle tu historia a la doctora que está allí para que te recomiende las vacunas. ¡OJO! Que te recomiende.
  2. Ir a tu médico de cabecera para que te recete las vacunas recomendadas.
  3. Acudir a la farmacia a encargar las vacunas porque, claro, es algo “raro” que tienen que mandar pedir.
  4. Pedir cita en la sala de vacunación de tu centro de salud.
  5. Acudir a la sección de “Gestión de Vacunas” de tu centro de salud para que te visen la vacuna. Si, señores, no basta con que Sanidad Exterior te recomiende una vacuna, tu médico de cabecera te la recete, la compres en la farmacia etc. ¡TE LA TIENEN QUE VISAR! Y este visado, tarda, 10 días si no se complica la cosa (¡Viva la rapidez!).
A todo esto, y para que nadie se asuste, son recomendables  estas vacunas porque no sé dónde voy a viajar en México. Aquellos que viajen de turistas a sitios como DF, Riviera Maya o Acapulco, no necesitan vacunación. Lo comento porque más de uno se está pensando ya el venir a visitarme.
El fin de la historia es que una de las vacunas, la de la fiebre tifoidea, es una pastilla. Pastilla que estoy tomando estos días y gracias a la cual me estoy acordando de toda esta rocambolesca historia (para no dormir).
La "famosa" vacuna

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Bienvenida!

¡Hola a todos!
Antes de empezar, bienvenidos.
Después de crear el blog, mes y medio más tarde me decido a escribir. Ya era hora, teniendo en cuenta que en poco tiempo cojo todos mis bártulos y me planto en la capital de México, el Distrito Federal o Ciudad de México, como queráis.
¿Qué es lo que me ha llevado a crear un blog? Pues básicamente intentaré plasmar aquello que veo/vivo en un país lingüísticamente similar al mío pero muy diferente culturalmente. Además servirá para que mis amigos y mi familia vean que sigo dando guerra. Para quien no me conozca y llegue a este blog de rebote, Sanluqueño de pro (y por ende, gaditano), con 26 años entre pecho y espalda; ingeniero y…un poco “absurdo”, para qué negarlo.
¿Cómo voy a acabar viviendo un año en México? Pues… una larga historia. Hace 10 meses, me concedieron una de las becas de Internacionalización del IC3X y, tras 6 meses haciendo un Máster (el “Máster del Universo”) en un lugar, de cuyo nombre no quiero acordarme (C3CO), de conocer gente increíble (la foto de hoy es para ellos) y de algún que otro momento de “Qué se vaya a la mierda todo”, apareció el famoso listado de destinos en el que se me comunicaba que mi destino era DF. Al principio, bastante desconcierto. Pero poco a poco, ha ido creciendo mi interés por el país azteca hasta llegar a estos días, en los que, ya hay ganas de marcharse a hacer las Américas (aunque con el típico gusanillo de ir a un sitio desconocido).

 
¿Cuándo actualizaré desde mi nuevo país de acogida? ¡¡En una semana!! El día 4, tomaré (hay que empezar a no decir “coger”) el vuelo Madrid-Frankfurt-Ciudad de México (si, voy al Este para luego ir al Oeste…no comments).
Espero poder escribir diariamente, que es de lo que se trata en los blogs, de intentar enseñar la rutina, el día a día. Mañana creo que hablare de las despedidas y daré mil gracias a todos aquellos que, en estos días, están haciendo que me sienta muy querido.
¡Ta mañana!